jueves, 9 de julio de 2009

Último día de Camino. Si ayer fue duro, hoy queremos que llegar a Logroño, cerca de 30kms, para que la vuelta a casa sea más sencilla. Si se entera su madre me mata. 

Hay que hacer alguna postal.

Pabli ha decidido tomar protagonismo.

 Humm, la expresión es importante.

Él también hace sus postales.

Los típicos montoncitos, dejando la huella.

Oda a la Naturaleza según Pablito. Un romántico.

Otra foto típica. Javier ya está un poco cansado de que lo haga posar, prueba a tensar la cuerda.

Entiendo que hay cosas más divertidas

Cuando todo está marchando, me desentiendo para dedicarme un poco de tiempo.

Qué diferencia con la actitud que tenían cuando salimos. Posar sigue siendo un rollo para algunos ¿o hay algo más?

Y siguen habiendo cosas más divertidas.

Un mejicanito que venía desde Francia con su madre. Duro él.


Después de la paliza de ayer, hemos de llegar a Logroño, cuando muchos suelen quedarse en Viana. Son 28 kms, de los que unos 10 los tendremos que hacer después de comer, con el solecito en la cara y la entrada a una gran ciudad que se hace eterna. A nuestro favor,  no tenemos que organizarnos para andar mañana (lavar ropa, comprar para el desayuno, madrugar).
Tengo mis dudas en cumplir el objetivo.

A ver si aprendo: que van a pilas, cuando se les recargan, como nuevos.

De todas formas hay que descansar un poco, aunque sea tirados en los soportales del Ayuntamiento.

Toca parar las veces que haga falta y mantener el ánimo. En días como este intento que ellos tengan razones propias para caminar, más allá de lo que diga su padre. Los palos son buena ayuda, sirven para segar las matas que nacen en las orillas del Camino. Descabezas un cardo, que sale volando. Algo más allá asoma otro, a ver si conseguimos un vuelo mayor. Y poco a poco nos acercamos a destino.

¡Pues claro!, se anda más con la cabeza que con los pies.

Vienen a la memoria los momentos duros de ayer. Estas etapas donde lo importante es llegar no tienen la misma gracia, vamos pensando en que todo cuadre para cumplir el objetivo, hay cierta tensión. Pero bueno, es lo que hay, toca asumirlo y disfrutarlo.

Cambiamos de Comunidad. Hay que hacer de esto un hito, que aún nos queda para llegar a Logroño.

Conseguido el hito, más o menos.

¿Queríamos carteles? El Camino nos los da.

Con lo feo que es el paisaje y la alegría al ver al fin la ciudad.

Pesados los últimos kilómetros. Logroño nos espera con honores

Y no miento. Vanessa, fotoreportera, nos hace esta foto para un reportaje que saldrá el 24 de julio en el diario La Rioja.

Esto es una bendición. Estamos agotados, aunque no nos salgan las palabras sabemos que somos unos campeones. Hemos estado al límite de nuestra resistencia.

No había plaza en el albergue municipal y nos acogieron en el parroquial, que no tiene fuente para los pies pero sí unos pasadizos que comunican con la iglesia de Santiago.
La camiseta que lleva Pablito se desgarró en una se sus luchas, días atrás. Como la culpa no era ni de Javier ni suya, tampoco es de la camiseta, así que se la han ido turnando. Y no pasa nada.


Estos cromos sí que valen.

Momento de hacerse las últimas fotos con los amigos.