lunes, 6 de julio de 2009


Isa ya está de vuelta. Seguimos nosotros cuatro. Nos enfrentamos a la realidad. Esto ya no es un paseo ni un experimento. El Camino es duro a todos los niveles y las recompensas todavía no se perciben.

En Cizur Menor hacemos la primera parada técnica, principio de ampollas en los pies de Javier. 


El primer reto serio: el Alto del Perdón. Todavía las sombras son largas. Tenemos que llegar a la nube y a partir de ahí una subida temida. Ya son ellos solos, en mí no encontrarán tanto cobijo, a cambio, la seguridad de que lo pueden hacer.

No estamos acostumbrados a subir. Consecuencia, Celia se agota. Con esas piernas tan largas y finas, ha sido muy fácil hasta ahora, cuesta abajo. Hay que entender que las pendientes se afrontan como si subiéramos una escalera, con pasos muy cortos. Cuando no hay fuerzas, lo que queremos es llegar ya, no razonar. De frente, sin avisar, la realidad.
En contraste, las cuestas son un reto para Javier y Pabli. Se ponen a correr hasta la cima, ahí es ná.
¿Sólo ellos? ¡Ja!, Celia no lo permite. Coge fuerzas de no sé dónde, y también a la carrera.

No he sabido clasificar esto. Viene bien para distraer la mente.

Hemos llegado, es lo importante. Y lo de atrás, para el recuerdo (y la experiencia).


Los molinos son enormes, como nosotros.

El siguiente pueblo queda lejos, apenas si se ve. Da igual, llegamos, seguro (es cuesta abajo).

Y el paisaje empieza a cambiar.

En Puente la Reina nos alojamos en un albergue que está a la salida, fuera del pueblo, después de una cuesta. Todo en contra, pues no. Allí conocemos a Raquel y Carmelo, con los que caminaremos los días que nos quedan y quedarán en nuestra memoria. Nosotros también en la suya, esto es así. Años después, nos escribe Raquel "Pues si, me acuerdo de vosotros perfectamente. Siempre que hablo del Camino os pongo como ejemplo de esfuerzo, la verdad. Me alegro de que hayáis tenido la oportunidad de seguir y terminarlo juntos, es una experiencia única que jamás olvidaréis."

Hace un viento que se lleva a Celia volando. La temperatura del agua, bien para los pies.